Inevitablemente e intuyendo cual iba a ser la respuesta, decido ponerme manos a la obra. Con mucho esfuerzo, digo, porque no es que tenga muchas ganas, tengo que planificar un cambio en mi vida en la cual la comida sana y el ejercicio van a ser la tónica de cada día. No echaré de menos los dulces, ni los entremeses, ni las golosinas. Yo ya era formal de antes.
Una viene de fábrica con una predisposición, algo de lo cuando se es más joven juegas con ventaja. Con el tiempo nuestro organismo se vuelve vago. Resulta que me dice mi doctor, que mi metabolismo es lento. ¿Y como le damos marcha? Si es que yo hace nada, unos 10 años tenía un tipito monísimo, vamos con mis curvas pero todo proporcionado. Mire usted, es que yo soy un pajarito, no como apenas nada (que para colmo es verdad). Veo la dieta y me cambia el color de pensar de como me meto yo todo eso en el cuerpo. No me cabe, a mí eso seguro que no me cabe. Lo cierto es que parezco un globo sonda y que tengo que intentar, pero intentar mucho mucho hacerme amiga de la báscula.
Mi dieta esta basada en nuestra y riquísima Dieta Mediterránea, aprovechando los productos de temporada, pero combinando de forma que cada día además de adelgazar, sea saludable y equilibrada. Fruta, verdura y fuera refrescos (adiós a la Coca Cola) . Ejercicio durante 30 minutos al día (preferencia caminata) y dos litros de agua al día.
¿Se puede? SÍ SE PUEDE, pero que pocas ganas tengo.
Comentarios
Publicar un comentario